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El Madrid, hecho para la Champions, avanza de nuevo a las semifinales

Por: Redacción La Jornada

En la historia del Real Madrid, la Liga de Campeones fue siempre una carrera de resistencia que atraviesa todas las estaciones. Mientras sus rivales pretenden frenar su paso con sables cubiertos de óxido, fusiles viejos y cañones encasquillados, los merengues hacen del juego una cuestión de grandeza.

Ganador 14 veces de su copa favorita, el equipo blanco salió victorioso en su visita al Chelsea en Stamford Bridge (2-0, 4-0 global) y se metió entre los cuatro mejores del continente por undécima ocasión en las últimas 13 temporadas. Sólo tres partidos lo separan ahora de conquistar una nueva orejona, que sería la sexta en 10 ediciones.

Los ingleses tuvieron ocasiones para haber incendiado la eliminatoria, pero nada hizo dudar a este Madrid, legendario peso pesado en la máxima competencia europea. Seguros de tener dinamita en el puño, los blancos esperaron su momento para tumbar al rival.

Después de que Havertz pudo dar algo de suspenso al partido con un remate que sacó Militao (57), Rodrygo corrió toda la banda izquierda para plantarse solo ante Kepa y convertir el 1-0 (58). El brasileño, con la puntualidad de un reloj sui-zo, apuntilló en el final a los Blues luego de recibir un pase Fede Valverde y concretar el segundo de la noche (80).

La Champions, explicó Rodrygo tras la victoria, “es una competición muy especial para mí, porque todas las veces que la he jugado pude hacer algo para ayudar a mi equipo; estoy muy contento”.

En semifinales todo hace indicar que los merengues se medirán ante el Manchester City, que debe revalidar este miércoles el 3-0 de la ida en los cuartos de final ante el Bayern Múnich. Hasta entonces, Carlo Ancelotti, técnico del Madrid, tendrá una doble preocupación: la ausencia segura de Militao por sanción y el estado físico de Benzema, quien se retiró lesionado a los 66 minutos.

En el sur de Italia, el Nápoles esperaba el apoyo de su apasionado público y la magia de un estadio rebautizado con el nombre de Diego Armando Maradona para dar vuelta a la eliminatoria ante el Milán.

Pero los rossoneros, con una historia europea infinita en compa-ración con la de su rival –siete veces campeones de Europa–, se valieron de su efectividad en ataque para acabar con el sueño de los celestes con un empate 1-1 (2-1 global).

Olivier Giroud perdonó primero al fallar un penal (22), pero luego se redimió al empujar un centro de Rafael Leao, quien recorrió 70 metros a toda velocidad para regalar el gol al francés (43).

El encuentro podría haber tenido un emocionante final, pero Kvaratskhelia falló un penal por los locales, en el 81, y sólo Osihmen logró el tanto de la diferencia (90+3).

“Fuimos superiores en los dos partidos, pero no estuvimos bien en su área cuando creamos ocasiones”, lamentó el técnico napolitano, Luciano Spalletti.

El mexicano Hirving Lozano entró de cambio al minuto 34, pero contó con pocos espacios para generar peligro en el área rossonera.

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