Cultura

Somos de aquí y de allá; estamos y no nos vamos: poetas chicanos

Por: Pablo Guerra C.

Tijuana, 14 de noviembre. «Nadie me puede decir que no soy de allá, porque nací allá (Estados Unidos) y nadie me puede decir que no soy de acá, porque en México yo me siento en casa. Mi familia es de Michoacán y esas raíces siempre estuvieron presentes, en mi casa, entre esas paredes, era México», expresó Sonia Gutiérrez, una de los cuatro poetas chicanos que presentaron parte de su obra este sábado en el Centro Cultural Tijuana (Cecut).

Matt Sedillo, Iris de Anda, David A. Romero y Sonia Gutiérrez estuvieron en Tijuana invitados por el Cecut y en colaboración con el Instituto Cultural Mexicano de Los Ángeles, dirigido por Jose Antonio Aguirre -quien también moderó el panel-, un muralista mexicano que como Orozco y Siqueiros se fue a Estados Unidos, pero Aguirre decidió quedarse, enamorado por la cultura «chicana».

«Me preguntan ¿qué haces allá?, siempre respondo: ‘estoy recuperando lo que nos quitaron con la invasión (estadounidense a México)'», dijo José Antonio entre risas.

¿Pero qué es ser chicano?

«Entre una ciudad en auge y un desierto, árido» es una frase que Matt Sedillo usa en uno de sus poemas del libro City on the second floor para describir Los Ángeles, pero podría ser Tijuana, El Paso o Reynosa.

En entrevista Matt explicó «Chicano es una palabra usada dentro de nuestra comunidad, es una palabra que usamos nosotros, que usan los mexicanos para referirse a nosotros, la usan los académicos, los historiadores, pero no es una palabra que use la comunidad estadunidense en general; la sociedad estadunidense blanca te llama mexicano, y cuando te llaman mexicano también te llaman wetback, te llaman dirty, te dicen stupid (…) Para cualquiera que me quiera decir que no soy mexicano ¡jodanse!».

Sonia contó que durante una clase en Los Ángeles preguntó a los estudiantes de preparatoria sobre el origen de sus padres; todos respondieron que al menos uno de sus padres era mexicano, aun cuando no todos se ven iguales, sus padres vienen de Oaxaca, Guadalajara, etc.

Iris y Sonia recordaron vívidamente que no les permitieran hablar español en la escuela, pero también la importancia que sus padres le dieron a que aprendieran su lengua madre.

«Entiendo a la gente que dice que no crecí con México; las cosas que no entiendo y conozco superan por mucho a las que sí, y todas ellas tienen mucho que ver con la experiencia de crecer en México, puedo entenderlo, pero ¿cuestionar absolutamente mi identidad? Creo que es solamente mierda de las redes sociales», explica Sedillo.

«Yo escogí llamarme Chicana, porque tenía que reconocer que había algo único y diferente sobre mí; que tenía una conciencia política, que este era el nombre que iba a abrazar, ahora hay una generación de jóvenes que enojan a los más grandes, porque se denominan Chicanx, los estresan, pero es lo que hicieron los chicanos, crearon una palabra, pero ahora la generación más vieja dice que eso no puedo existir, pero no tiene sentido, por que es lo que ellos hicieron» explicó Sonia.

En el marco de Norte 32°, los cuatro poetas estuvieron en una presentación de sus obras en la sala Federico Campbell, donde cada uno presentó al menos dos de sus poemas frente al público del Cecut el pasado sábado.

David A. Romero presentó uno de los poemas de su libro My Name is Romero, recordando una visita a un museo donde esperaba ver alguna obra de su tío, Frank Romero, parte de Los Four, uno de los grupos de arte chicano más reconocidos de Los Ángeles.

La presentación completa de sus obras está disponible en la transmisión en vivo de Facebook en La Jornada Baja California.

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