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Se agudiza la revuelta en Francia

Por: Armando G. Tejeda

Madrid, 18 de marzo.- En las principales calles de Francia la tensión continuó ayer: las sirenas de las patrullas sonaron sin cesar, los liceos fueron bloqueados de estudiantes indignados, la basura se acumuló por miles de toneladas y tanto los sindicatos como los grupos de jóvenes que se han sumado de forma masiva a las movilizaciones se resguardaron detrás de las barricadas improvisadas para hacerle frente a la policía, que en las horas previas detuvo a 310 personas, de acuerdo con la información de la prensa francesa.

Es la reacción al recrudecimiento de la ira popular en todo el país contra la aprobación antier, por decreto presidencial, de la reforma a las pensiones impulsada por el mandatario conservador Emmanuel Macron.

La respuesta política también está en marcha: en menos de 24 horas legisladores de izquierda y ultraderecha ya presentaron dos mociones de censura, que se votarán en un plazo máximo de dos días y que, además de paralizar la reforma, podrían provocar la caída del gobierno de la primera ministra, Elisabeth Borne.

Francia vive quizá una de las crisis políticas y sociales más convulsas de su época reciente, luego de que Macron, en su condición de jefe de Estado, autorizó antier que Borne invocara el artículo 49.3 de la Constitución para admitir por la vía del decreto la reforma de las pensiones, con lo que se saltó la votación que tenía previsto celebrarse antier en la Asamblea, donde no tenían los apoyos suficientes para su aprobación.

La iniciativa pretende aumentar de 62 a 64 años la edad para la jubilación, imponer un año más de cotización para recibir la pensión, en lugar de 42 ahora serán 43, y también eliminará condiciones de excepción que tienen algunos colectivos, como los trabajadores del transporte y funcionarios públicos.

Antes de la aprobación de la reforma, las protestas se intensificaron por parte de los sindicatos y de los trabajadores más afectados, al punto de que llevaron a cabo seis huelgas generales y ocho jornadas de lucha.

Ahora, una vez invocado el polémico artículo constitucional, la revuelta popular se extendió a estudiantes y numerosos colectivos de la sociedad civil, quienes volvieron a invocar el grito de “a las barricadas” y a entonar, de nuevo como símbolo de resistencia, la letra de La Marsellesa.

Sólo en las calles de París se calcula que se han acumulado más de 10 mil toneladas de basura, que a su vez sirvieron para prender barricadas durante los actos de protesta de la noche anterior y a lo largo de la jornada de este viernes.

“Tienen toda la razón” de protestar, dijo esta semana a la agencia noticiosa Afp Romain Gaia, un pastelero de 36 años del centro de la capital, preocupado no obstante por los efectos de las montañas de desperdicios acumuladas en la capital: “Es terrible, hay ratas y ratones”.

Por segundo día consecutivo tras el decreto hubo marchas, actos de protesta, la toma simbólica de numerosos colegios, el cierre de calles y avenidas –entre ellas la circunvalación de París– y la congregación, un día más, de miles de personas en torno a la mítica Plaza de la Concordia, uno de los referentes de la resistencia francesa en la historia.

Al cierre de esta edición, se reportaron enfrentamientos ocurridos por la noche entre manifestantes y policías a unos pasos del Parlamento francés, informó la cadena BFTM.

El ministro del Interior, Gérald Darmanin, informó que durante las manifestaciones tras el decreto presidencial se han registrado 310 detenciones, de las cuales 258 fueron en la capital, y que, para resolver el grave problema de insalubridad en el que se está convirtiendo la acumulación de basura en las ciudades, ordenó una “movilización forzosa” de los trabajadores de limpieza.

Rigor contra los “alborotadores”

A la espera de la nueva jornada de protestas masivas convocada por los sindicatos para el próximo jueves, el líder del partido de izquierda Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, llamó a “movilizaciones espontáneas”.

Darmanin, citado por la agencia France 24, comentó que “la oposición es legítima, las protestas son legítimas, pero causar caos no lo es”, y prometió tomar medidas enérgicas contra los “alborotadores”, además de que denunció que varias efigies y vehículos fueron quemados en algunas localidades.

Además de París, hubo importantes actos de repudio en Rennes, Burdeos, Albi, Marsella y Dijon, donde las arengas de “No a la nueva jubilación” se mezclaron con el cierre de calles, la invasión de vías férreas, la toma simbólica de las escuelas y una fusión espontánea del movimiento sindical clásico con una ola masiva de estudiantes, quienes llaman a Macron “dictador” y lamentan la “muerte de la democracia en Francia”.

“Sentimos este anuncio (del gobierno) como un insulto. Hace semanas que no nos escuchan. Esto generó mucha ira”, declaró a la Afp Philippe Melaine, un profesor de un liceo de Rennes, donde más de 2 mil personas se manifestaron ayer.

Laurent Berger, de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo, instó al mandatario a “retirar la reforma de forma inmediata o en caso contrario va a sentir la cólera social, ya que es inaceptable e inexcusable la aplicación de un artículo como el 49.3”.

Mientras las calles hierven de gente encolerizada, en la Asamblea Nacional se activó la ofensiva política para intentar detener la reforma y la utilización de la figura del decreto.

De las dos iniciativas presentadas hay una que podría tener más posibilidades de salir adelante, que es la del grupo de diputados independientes LIOT –que incluye a personalidades de centro y antiguos aliados de Macron– y que ya recibió el aval de cinco bloques parlamentarios, entre ellos el izquierdista Nupes, que tiene dentro de sus filas a miembros de la Francia Insumisa y los ecologistas.

Ellos definieron la moción de censura como “transpartidista” y que justificaron en su oposición a una reforma que “maltrata a millones de compatriotas”. Para que salga adelante esta iniciativa es necesario el “sí” de 287 diputados. Serían 289 si no hubiera dos escaños vacantes del actual Parlamento.

El documento de LIOT puede recabar el máximo de apoyos, pero se quedaría a unos 30 votos de los 287 necesarios para hacer caer el gobierno y la reforma, según la agencia Afp.

La clave de la votación será lo que finalmente decida el grupo de los 61 diputados de los republicanos, que son los que finalmente tienen la fuerza para inclinar para un lado u otro la votación.

La segunda moción de censura es del partido de extrema derecha liderado por Marine Le Pen, que cuenta con 87 escaños y que, en todo caso, aseguró que votará no sólo la suya, sino también cualquier otra moción, aunque sea de la izquierda, para anular la adopción de una reforma que calificó de “injusta”. “Lo importante no es quién presente la moción, lo importante es que el gobierno caiga”, aseguró.

La votación y el debate se desarrollará a lo largo del fin de semana, previsiblemente el domingo, al tiempo que tanto los sindicatos como los estudiantes hicieron un llamado a sus seguidores para mantener las movilizaciones y los actos de protesta para presionar a los diputados en la votación.

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