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Opinión

Donde cruzan las Brujas | Se los dije: Rode vs. Wade y el derecho a decidir

Por: Meritxell Calderón Vargas

En Estados Unidos sucede que la Corte Suprema que se compone de 9 jueces y juezas se está pensando en revertir los derechos a la autonomía personal y a la privacidad. Lo sabemos porque un proyecto de sentencia se hizo público al llegar a un medio de comunicación llamado “Político” donde nos comparten la copia simple del proyecto donde podemos leer cómo alegan que el derecho a la privacidad no se debería ya garantizar por la Suprema Corte, sino que debería de trasladarse la posibilidad de decidir esto a cada Entidad Federativa, poniendo el peligro el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo, el derecho a portar armas y el derecho a decidir sobre el propio cuerpo en caso de ser mujer, al penalizar procedimientos médicos que interrumpan un embarazo.

Algunos grupos de derecha radical buscan alegar la preocupación que les genera el hecho que se haya filtrado un documento de la Suprema Corte de Estados Unidos que no debería ser público, defendiendo entonces el derecho a la privacidad de la Corte y no de las personas, generando un argumento que se anula a sí mismo y les deja en ridículo ante la opinión pública.

Este proyecto de sentencia parece ser un retroceso, pero la historiadora mexicana Dra. Patricia Galeana nos ha hecho ver que esto ni siquiera es un retorno a un castigo contra las mujeres por el hecho de interrumpir algún embarazo, en la historia de México y Estados Unidos son pocos los casos de aborto que se sancionan con pena privativa de la libertad comparada con otros delitos; en ninguno de estos países vecinos se ha perseguido tanto a las mujeres por decidir sobre su cuerpo como estaba sucediendo hace unas décadas.

 En Estados Unidos tuvieron que establecer “buffer space” o espacios de seguridad para que las mujeres pudieran entrar a las clínicas para abortar porque algunos grupos antiderechos se formaban con pancartas en las entradas de estas clínicas para no dejar entrar a las mujeres a solicitar el servicio de aborto; incluso en algunas Entidades como Alabama se buscaba que no fuera sancionado el homicidio contra médicas o médicos que se dedicaran a realizar abortos.

En el entendido que no es un retroceso en nuestra historia democrática, si no, más bien, una vigencia de los juicios de la Inquisición donde echaban a las mujeres que sospechaban, eran brujas, a un río dentro de un barril, resultando la sentencia en que si flotaba era bruja y la quemaban viva y si no flotaba y moría ahogada, entonces era una mujer y no era un ser mágico.

Hay elecciones de medio término “midterms” en el vecino país del norte y podemos entender como una estrategia mañosa lo que puede generar esta filtración del proyecto de sentencia. Hay que entender que este proyecto fue escrito por Samuel Alito, quien fue apoyado por Neil Gorush, Bret Kavanaugh y Amy Coney Barret quienes fueron elegidos por Donald Trump y que son de derecha. Bastan 5 votos para que pueda ganar esta postura y se cuenta con los 5 votos conservadores que se necesitan para que pase esta decisión judicial y se echen para atrás los derechos que todavía ni cumplen los 50 años de vigencia en Estados Undios.

Human Rights Watch elaboró un Amicus Curie para señalar la problemática que se podría generar de revertir los derechos humanos que se desprenden de la decisión de la Corte en 1973 al emitir su sentencia en Roe vs Wade. Son al menos 15 Estados donde se están preparando para cambiar las normas locales para garantizar el derecho a un aborto libre, gratuito y seguro, como lo han hecho Estados como California y Nueva York. Hay otros Estados como Mississippi, Texas e Indiana, entre otros, donde no se regula el derecho al aborto sino para sancionarlos, así que en estas Entidades las mujeres tendrán inclusive más derechos sexuales y reproductivos que en Baja California o que en Afganistán. Hay Estados como Alabama donde se criminalizaría el aborto incluso en caso de violación o de incesto, la posibilidad de que se revierta esta sentencia no debilita las divisiones políticas que hay en EE UU A, al contrario, profundiza la división y radicaliza posturas, llevando a los grupos a favor del aborto a lanzarse a las legislaturas de los Estados a exigir se regule el aborto como un procedimiento legal ante el Estado y que sea financiado por el mismo; por otro lado, los grupos antiderechos están esperando que la Corte Suprema decida como se ha manifestado en el proyecto filtrado que elaboró el juez Samuel Alito y que los grupos conservadores de los Estados vayan modificando la norma local hasta que se penalice el aborto en todo el país. No va a suceder ni uno ni otro, de votarse por revertir los derechos de las mujeres, los gobiernos Estatales más cerca del cumplimiento a los derechos humanos se encargarán de que se garantice el derecho al aborto para que puedan trasladarse a abortar a otros Estados las mujeres que así lo decidan. Esto no soluciona porque muchas mujeres jóvenes no podrán ir a su vecino Estado a realizarse un aborto por falta de recursos, dejando como resultado que esta sentencia va a afectar a las mujeres pobres.

Hablamos de que la pérdida de este derecho no es un hecho todavía, sino que es técnicamente posible y lo sabemos por el documento publicado en “Político”, sabemos que es probable que sí pase esta sentencia y que tenga efectos negativos en las elecciones de medio término ya que pueden fortalecerse los grupos antiderechos que buscan la criminalización del aborto incluso en caso de violación. Hay que entender lo que muchas abogadas, activistas, feministas tenemos muchos años diciendo: los derechos humanos no están permanentemente vigentes, hay que estar vigilantes y “al tiro” de cualquier dicho contra nuestras libertades porque en un descuido las revierten.

No siempre se siente rico decir “te lo dije”, pero sí se los dijimos, sí tratamos de prevenir a otros países por cómo se comportaron las legislaturas en México cuando el entonces Distrito Federal despenalizó el aborto hasta la semana doce, en otras Entidades empezaron a meter a la prisión a mujeres por el delito de aborto y por homicidio agravado en razón de parentesco, tuvieron que pasar más de ocho años para que Estado por Estado fuera eliminando la “protección a la vida desde la concepción hasta la muerte natural” para darle cabida a la interrupción legal del embarazo como parte de los servicios de salud del Estado. Esta vez sí me hubiera gustado estar equivocada y no tenerles que salir con mi “se los dije”.

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